Preciosa e intensa ruta la que iniciamos el sábado por la tarde un grupo de amigos. Es una ruta lineal que suma dos rutas típicas de la zona, la de las cinco lagunas y la ruta de la laguna grande. En vez de hacer una de las dos ida y vuelta decidimos pernoctar y hacer la que os cuento más abajo. Tras preparar la logística de coches, dejando uno en la plataforma de Gredos, con el otro nos desplazamos hacia Navalperal del Tormes. La calle principal es de esas de un solo coche y con cuidado. Al final del pueblo hay un par de aparcamientos a ambos lados del rio. Aparcamos y preparamos las mochilas de ataque y el equipamiento. Llevamos los sacos, comida y agua, algo de abrigo, pero finalmente decidimos dejar los cortavientos. Las previsiones son muy buenas y la probabilidad de lluvia o viento muy baja. Llevo una mochila pequeña por lo que el saco tiene que ir enganchado por fuera.
No duermo mucho, aunque esto es normal en mí y no es debido a nada en particular. Hizo una temperatura muy agradable y no había más ruido que algún ronquido que otro. Nos levantamos más bien tarde y preparamos un poco de desayuno. Sobre las 9:30 iniciamos la subida pasando por las 4 lagunas restantes hasta enfilar “el tajo” por donde atacaremos a La Galana (2.568 metros). Todas las lagunas muestran su belleza y hacen de espejo a los riscos que nos rodean, alguno de ellos ya empieza a ser iluminado por el sol que se va alzando poco a poco por el otro lado. Tenemos la suerte de estar en la zona de sombra la mayor parte de la mañana, porque hace calor y se agradece. Por el camino nos cruzamos con un nutrido grupo de Cabras montesas con dos machos que lucen orgullosos su enorme cornamenta.
 |
| "El Tajo" |
Si queréis ver algo más sobre esta parte de la ruta podéis consultar http://platea.pntic.mec.es/~cmarti3/GEO/mod/5lagunas.htm
y os recomiendo no perderos este blog naturista sobre la ruta http://ojolinceysra.blogspot.com/2011/06/las-cinco-lagunas-de-gredos.html.
Llegamos a la pared que separa ambos valles y empezamos a escarpar hasta “el tajo”, en lo alto tenemos dos vías, a la izquierda un escarpado pico (La Galana 2.564 metros) con una ascensión bastante aérea que pone a prueba nuestro vértigo y supone un reto para mí y a la derecha una pequeña trepada para seguir camino. Después de analizarlo y con la ayuda de los compañeros más experimentados, sigo la vía y hacemos cima. Foto de recordatorio, un vistazo al paisaje y comienza el descenso que impresiona mucho más que la subida, pero resulta una gratificante experiencia.
 |
| Ascenso al pico La Galana |
Tras pasar al otro lado (por la derecha) paramos un poco a descansar y comer algo. Sacamos el embutido y nos damos un homenaje. Andamos justos de agua porque cometí la torpeza de no cargar en el riachuelo antes de subir la ladera, como hicieron mis compañeros. Iniciamos el descenso hacia el valle y hacia la laguna grande, de origen glaciar, y situada a 1940 metros de altitud, donde se encuentra el refugio de montaña Elola que es un constante peregrinar de montañeros hacia el Almanzor (2.592 metros). Por el camino un bonito paisaje en el que se dejan ver de cuando en cuando alguna cabra montesa. A medio camino encontramos un buen punto para coger agua. El esfuerzo ya empieza a notarse y las rodillas se resienten.
Vamos muy tarde sobre el horario previsto y aunque habíamos hablado de tomar una coca cola en el refugio, solo paramos un momento, para luego seguir bordeando la laguna grande hasta empezar el ascenso del camino bien marcado, pero hecho a base de piedras, que machacan las doloridas rodillas. Paramos en una fuente casi en lo alto de la salida del circo glaciar unos minutos y tras refrescarnos seguimos. El calor y el cansancio se notan, llevamos muchas horas andando.
Aunque el grupo se separa (cada uno marcamos nuestro ritmo y estos van a un caña impresionante) nos volvemos a reunir en la plataforma donde está el aparcamiento y tras estirar un poco. Cogemos el coche para bajar al bar Gredos de Hoyos del Espino, donde con un trato muy cordial y comida casera estupenda recuperamos un poco de la energía gastada. No podían faltar la cervecita bien fría y las revolconas con torreznos. Esta segunda etapa nos ha llevado casi 8 horas para recorrer los 17,5 Km, con un desnivel de 1371. Ha sido bastante dura, sobre todo para las rodillas, especialmente porque ibamos muy rápidos, pero mereció la pena el esfuerzo. Lastima que no pudiera contar con mi paddy en esta ocasión.
Besitos para ellas y abrazitos para ellos.
