sábado, 22 de octubre de 2011

Tanzania: Kilimanjaro. Ruta Machame Día 6

Día 6 (7-3-11) Ruta Machame (Mweka Camp 3100 – Mweka Gate 1800 metros) 10 Km Tiempo estimado 3-4 h


  El campamento de Mweka donde hemos pasado la noche es grande y hay mucha gente. Nos levantamos y nos aseamos un poco, el último desayuno (se nota en que ya no quedan galletas, sino miguitas después de varios días de transporte y de sacar y guardar paquetes). Tras el desayuno la foto de rigor con todo el equipo. El resto de la bajada es muy relajado y suave, aunque Eva tiene algunas molestias en los pies de agujetas y heridas. Se ha roto dos uñas en la bajada, pero es muy dura y aguanta bien. Disfrutamos del paseo y hacemos fotos y paradas cada poco, para desespero de nuestro guía que vuelve a perderse y terminamos el resto de camino solos. La verdad es que impresiona ver bajar a los porteadores con la carga encima bajando a la velocidad del rayo con unas zancadas enormes.

  Al llegar a la puerta tenemos que pasar por el puesto de guardia para recoger nuestro diploma, que nos sube el ánimo y enorgullece. No deja de acercarse gente a intentar venderte cosas y hablar con nosotros incluso chapurreando un poco de español. Tras los intercambios típicos de tópicos sobre futbol y deportes, que es por lo que más nos conocen fuera. La verdad es que es gente muy cordial y agradable, lástima que sigan mirándonos como ricos extranjeros, por lo que es difícil llegar a ellos realmente.


  Para colmo de torpeza de nuestro guía se ha ido el autobús que nos tenía que llevar al hotel y nos toca esperar unos 15 o 20 minutos hasta que tomamos otro transporte. El guía nos pregunta abiertamente que como nos ha parecido su servicio. Es el momento previo a la propina, y la verdad es que le contamos lo que nos ha gustado y lo que no tanto, cosa que él entiende y es bastante razonable. Nos agradece la sinceridad y seguimos el camino de vuelta. Casi una hora por estos caminos hasta que llegamos a Moshi y el hotel. Nos tomamos sendas cervezas que nos saben a gloria y tras comentar anécdotas con el guía, le damos la propina y se va. Charlamos con los cuatro suizos que se tuvieron que separar, que me dicen que mi mujer es increíble, cosa con la que coincido y hace que ella se engorde virtualmente un poco.


  Salimos por las callejuelas de Moshi, no me atrevo a decir calles, porque en nuestro caso no estaba ni asfaltada. Todo el mundo te mira, no es muy habitual que los turistas salgan de su hotel, y muchos te saludan. La verdad es que no tenemos sensación de inseguridad, aunque volvemos pronto y no se me ocurriría salir oscureciendo. Visitamos un par de tiendas y hacemos alguna compra y algún intercambio. Son gente que disfruta negociando, y muy cordiales. Tras volver al hotel descansamos un poco y revisamos que todo está preparado para la vuelta. Nos trasladamos al aeropuerto internacional de Kilimanjaro y al llegar hay bastante gente delante, por lo que pensamos que tardarian un poco, solo hay mostrador de KLM y solo sale este vuelo, pero nada más lejos de la realidad, tardamos una eternidad en facturar porque se había averiado el ordenador y ¡estaban facturando a mano!, sí a mano hacían las etiquetas del equipaje. Con el miedo en el cuerpo sobre cuando podríamos recuperar nuestra bolsa de viaje, ya que además hacíamos escala en Ámsterdam y de ahí a Madrid, les dijimos adiós. Bien el vuelo fue estupendo, el cambio en Ámsterdam sin problemas y cuando llegamos a Madrid y nos pusimos en la cinta, ¡salieron nuestras bolsas!, increíble pero llegaron.

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