La verdad es que Walshut es un pueblo muy bonito a la orilla del Rhin o como aquí lo llaman Rhein. Hay un mercadillo como es habitual en estas fechas (Diciembre) en casi cualquier sitio. Nos pasamos por el centro de información donde nos atienden encantadas y nos dan buena información. Como es la época las enanas reciben unas chuches de San Nicolás. Comimos en Lamm, un restaurante en la calle Kaiserstrasse con buena comida, muy buen servicio y un ambiente muy alemán, con una decoración curiosa. Destacar que tienen juegos, cuentos y cosas para los más peques que son de agradecer mientras esperas la comida. Todo ello a un buen precio. Después decidimos tomar el café en una de las muchas pastelerías que vimos en la calle y nos decantamos por Cafehaus Albrecht que tiene un pequeño salón abajo y otro más grande arriba. Me recomendaron probar la Schwarzwälder Torte, que es la llamada tarta selva negra que parece es originaría de aquí y tengo que decir que la que yo probé estaba exquisita y no tenía nada que ver con las que he comido en otros sitios.
Finalmente y después de llenar bien el estomago nos dirigimos a un aparcamiento en Stadtteil Gurtweil donde se inician varios senderos, elegimos uno de un par de kilómetros ya que vamos con dos niñas de 3 años andando. Es un bosque húmedo lleno de abedules enormes y con todo cubierto de hojas. Hay infinidad de tipos de setas, incluidas las venenosas amanitas o el llamativo pedo de lobo cuyo polvillo al salir le encantaba a Lucia.
Besitos para ellas y abracitos para ellos.
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