lunes, 29 de octubre de 2012

Norte de Portugal - Chaves


  Aunque este puente de Mayo (2012) prometía ser lluvioso, no podemos dejar de descubrir el fascinante mundo que hay mas allá de las puertas de casa con nuestra peque de 3 años y una barrigota prominente con nuestro futuro fichaje Hugo. Nos dirigimos a Chaves (llaves en portuges) al norte de Portugal y muy cerca de Verin (Galicia). Exactamente a 13 kilómetros, que los hicimos para sacar en el cajero español mas cercano. Aquí ubicamos nuestra base de operaciones, ya que tenemos el lujo de conocer la zona de mano de un "indígena" que además nos aloja en su casa, todo un lujo. El refrán dice que más vale tener amigos hasta en el infierno y nosotros tenemos uno de Portugal. Lo más sorprendente es que no podía esperar que este pueblecito (de unos 44.000 habitantes) tuviera tanto que ofrecer y mostrar. Hacía muchos años que no volvíamos por Portugal y la verdad es que no recordaba que se comiera tanto y tan bien. No se si lo da el norte, la cercanía con sus vecinos gallegos (que también son de buen comer), pero aquí la gente come, come y come. Y no es que se vea mucha gente obesa tampoco, es lo curioso. (uhmmm, será el agua).


  Del pueblo destacar el puente romano sobre el río Tamega construido por el emperador Trajano. De hecho a las gentes de Chaves se les llama Flaviense, ya que su nombre anteriormente Aquae Flaviae fue asignado por el emperador Vespesiano, primero de la familia Flavia, allá por el año 79. Esto nos da una idea la cantidad de vestigios romanos y de su influencia en la ciudad. No podéis perderos un paseo por su rivera y el cruzar de sus puentes, o por las piedras que asoman para los más valientes.




  Muy cerca de allí existen un parque infantil estupendo del que no tomé fotos para mi guía de parques infantiles del mundo y unas termas donde estos romanos disfrutaban y hoy los visitantes pueden hacerlo por un módico precio, eso sí puedes disfrutar gratis de las propiedades de su agua mesomineralizada y gasocarbonica, que brota a -73 º. Hay un sitio junto a las termas donde te ofrecen un vaso de agua que ya ha sido previamente enfriada. Tiene un sabor muy gaseoso, sin las burbujas típicas de las bebidas carbonatadas artificialmente, pero por algo las legiones venían aquí para beber su agua y recuperarse después de largas caminatas o duras batallas. Por cierto los menores de 12 años no deben beberla, según nos informaron. En el exterior hay una fuente  accesible las 24 horas, pero ojo que sale ardiendo, hay que dejarla enfriar un poco.
 
  También llama la atención de la ciudad que el "INEM" tenga coche de emergencia, (perdón por el chiste fácil), su pequeño parque de bomberos, su zona amurallada, aunque lo más divertido era perseguir a las palomas en sus plazas.
 

    En próximas entradas seguiremos contando nuestras aventuras por Lusitania. Besitos para ellas y abracitos para ellos, y en especial para nuestros anfitriones que nos organizaron unos días fantásticos.


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